viernes, 19 de noviembre de 2010

Pregunta nº 3

Pregunta nº 3

¿Cómo representamos aquellos motivos que carecen de referente?
Julia Montilla.
 

 



"Ceci n'est pas un Magritte"


Al tratar de contestar a la pregunta de Julia Montilla fuimos conscientes de que resultaba muy complicado plantearnos de qué manera se llevaba a cabo la representación de aquellos motivos que carecen de un referente ya que dependía de muchos factores variables, pensando de qué forma contestaríamos nosotros mismos a la pregunta nos surgió una nueva pregunta, ¿realmente somos nosotros los que decidimos dicha representación o es nuestra cultura, nuestro tiempo, nuestra experiencia y la realidad de cada individuo que forma parte de una sociedad concreta?

Es en este punto cuando encontramos de qué manera queríamos trabajar la respuesta. De
la misma manera que aprendemos nuestro idioma materno, aprendemos a escribir y a hablar, también aprendemos a mirar, a ver, y lo más importante, a leer aquello que estamos mirando y sin duda alguna nuestra manera de leer lo que vemos depende de múltiples factores. La herencia cultural que recibimos generación tras generación es un factor determinante, el tiempo que nos toca vivir con sus correspondientes avances sociales, tecnológicos y culturales determinarán nuestro lenguaje visual y la manera de representar los motivos que no tengan referentes, refiriéndose a referentes en el sentido en el que lo entiende la semiótica.

Así pues para comenzar nos propusimos adivinar de qué manera la gente representaría a
modo de dibujo sencillo aquellos motivos que no tienen referente y pedimos a toda una serie de personas que nos hicieran sus propias representaciones dándoles una serie de términos.
Después estuvimos observando que estos dibujos compartían un punto en común, en todos había sido la representación del tiempo. El tiempo es un reloj, sin duda alguna ésta era la concepción general para todos los que participaron y por este motivo ha sido el elemento que hemos decidido utilizar a la hora de hacer la respuesta, es una obra que juega con el trabajo conceptual que hemos estado haciendo desde que recibimos la pregunta.

Es por esto que a la hora de crear esta obra qhmos querido plantear esta dualidad entre la existencia y la no-existencia de poder representar estos conceptos, en nuestro caso, el tiempo. La imagen nos muestra un reloj el cual todos asociaremos a la idea del tiempo pero posteriormente podemos leer que no, esto no es una representación del tiempo, sino que sólo es un reloj que se representa a si mismo, ya que en otro momento, en otro contexto o en otro lugar habrá que en aquel reloj nunca llegaría a asociar la idea del tiempo pero a la ser en este momento preciso, en este contexto y en este lugar nosotros sí leemos la idea TIEMPO al ver un reloj. Hacemos aquí una asociación o guiño a la obra de Magritte, al encontrarnos con numerosas similitudes al trabajar el planteamiento y su juego con el lenguaje en el arte.

Podemos decir que nuestra respuesta es que no hay respuesta sino un juego de variables con el que queremos jugar, una imagen que dice una cosa que a la vez estamos negando. Intentamos hablar de lenguaje y de cómo podemos trabajar con el. Dar a conocer que siempre habrán maneras de representar pero que no serán siempre les mismas, jugar con el espectador buscando que se hagan las mismas preguntas que nosotros y busquen su propia respuesta a esta cuestión.

viernes, 22 de octubre de 2010

Pregunta nº1

Pregunta nº 1

Y por último, y a mi parecer lo más importante, ¿Puede un artista permitirse NO resultar molesto? O mejor, a día de hoy, ¿Todavía puede un artista molestar EN SERIO?

David Curto.



materiales: un texto impreso y un espejo enmarcados en madera.


“Wonderful thing about art”

¿Debe un artista observar en su quehacer unos principios más éticos, consecuentes, heróicos y/o escrupulosos que, por ejemplo, un político, un corruptor, un especulador, un sacerdote, una celebridad televisiva de baja estofa, un torturador, un dictador sanguinario o una señora de la limpieza?

A partir de esta cuestión que plantea el agente externo David Curto, me planteo realizar una pieza, la cual he titulado “Lo maravilloso del arte”, con la cual respondo a la pregunta que habla sobre si un artista puede permitirse resultar NO molesto y si hoy en día puede un artista molestar en serio con su obra.
Mi intención era crear una obra en la cual se generaban dos debates, por un lado, el hecho de leer una frase escrita al revés mediante un espejo y que al leerla te das cuenta que te están tomando el pelo, y que realmente lo único que consigues averiguar acerca del arte es que te están tomando el pelo y que tú como espectador interesado te tomas la molestia en leer algo supuestamente significativo y reflexivo que trate sobre afirmaciones acerca del arte, para que al final te llamen idiota.

Aunque a su vez parezca que es gratuito colocar un texto al revés y un espejo,en realidad el texto está al revés para potenciar este afán de ridiculizar al espectador al leer lo que escribo con un tono de mofa, El espejo es el elemento que ayuda a que leas el texto, de que hagas el esfuerzo por darte cuenta de que como está al revés acudas a leerlo a través de un espejo y que al final de la frase tomes conciencia de que te han tendido una trampa y todo es fruto de este circo que llamamos Arte.

Por otro lado pretendía ser molesta al generar este tipo de obra, para cuestionar el hecho de que si el arte hoy en día trata temas horribles, mediante la banalización de lo espantoso, lo desagradable y malvado como algo plano y sencillo, justificándose en el hecho de que aquello, al ser arte, tiene otros fines y por lo tanto deja de ser espantoso, insultante, desagradable, MOLESTO para aquel que lo ve, o en mi caso me puedo permitir ofender a aquellos que ven mi obra sólo por el hecho de que decidimos que esto es arte? ¿Debo ser políticamente correcta tratándose de que lo que hacemos se enmarca en el terreno de lo artístico?

Me doy cuenta de que al final, al intentar responder a la pregunta generada por David Curto me surgen nuevas preguntas.

viernes, 8 de octubre de 2010

Pregunta nº0


Pregunta nº 0

¿Nuestros deseos son artificiales? Existe realidad “en” la ilusión?
Slavoj Zizek.



Desmontar la “realidad” desde lo “real”

Las fotografías son documentos, de ficciones, ni más ni menos: del poder que ejercen las fantasías, del poder que nos impulsa a “escenificar” fantasías.
Los medios de comunicación tienen esa capacidad para invadirlo absolutamente todo, con la digitalización de nuestra vida cotidiana, la línea divisoria que separa la realidad de la ficción tiende a tornarse más y más difusa.
Hoy, cuando no sólo las relaciones sociales, sino también la tecnología, van tornándose cada vez menos transparentes, existe una enorme necesidad de recrear una concreción artificial con el fin de permitir a los individuos que se relacionen con la complejidad de su entorno, de un mundo vital cargado de sentido.
Con esta obra hago hincapié en esta manera de representar la realidad, ya que constantemente estamos sometidos a ese afán de la continua representación, la escenificación y la puesta en escena del mundo que percibimos como real desde el propio mundo, ejemplos como mirar a un espejo y ver el reflejo pero ya este “mundo” que vemos reflejado adopta otro carácter, al igual si hacemos un dibujo, una pintura, una escultura u observamos a través de un agujero (cámara oscura) y la fotografía en general.
A simple vista en esta fotografía vemos unas manos apoyadas sobre un muro pero no está del todo claro, bien podrían ser esculturas situadas en un espacio expositivo o un precipicio en el que hay alguien que intenta salvarse y no caer.
Pero al ver la siguiente imagen, la imagen sin modificación, nos damos cuenta de que todo era un engaño y que las fronteras de lo que percibimos como real y lo no real no están del todo separadas.


¿Es una ilusión? al efectuar esta modificación de la imagen más verdadera al re-encuadrar y girar el punto de vista percibimos otra cosa diferente pero que al mismo tiempo sigue formando parte del mundo que entendemos como real, lo ficticio es aquello que no reconocemos de nuestra experiencia. cuando perdemos nuestra capacidad de anclaje a la realidad es cuando consideramos aquello como ilusión, pero como apunta Zizek :

La dialéctica de lo verosímil y lo Real no pueden reducirse al hecho de que la virtualización de nuestra vida cotidiana, la experiencia de que cada vez de manera más integral vivamos en un universo artificialmente construido, dé pie a la urgencia de “regresar a lo Real”, de recuperar una sólida apoyatura en alguna “realidad real”. LO REAL QUE RETORNA TIENE EL ESTATUS DE LO (OTRO) VEROSÍMIL: precisamente por ser real, es decir, en función de su carácter traumático/excesivo, somos incapaces de integrarlo en (lo que vivimos como) nuestra realidad, y nos vemos necesitados de experimentarlo como una aparición, un sueño. Decimos que no conviene confundir la ficción con la realidad; recuérdese la doxa posmoderna de acuerdo con la cual “realidad” es un producto discursivo, una ficción simbólica que mal percibimos como entidad sustancial autónoma. La lección que aquí aporta el psicoanálisis es justo la contraria: no conviene malinterpretar la realidad como si fuera ficción; es preciso discernir, en lo que experimentamos como ficción, el meollo duro e irreductible de lo Real, que sólo seremos capaces de sustentar si lo ficcionalizamos. En dos palabras, hay que discernir qué parte de la realidad se “transfuncionaliza” mediante la fantasía, de modo que, aun siendo parte de la realidad, se percibe bajo el modo de la ficción. Mucho más difícil que denunciar-desenmascarar (lo que aparece como) la realidad travestida de ficción es reconocer en la realidad “real” el ingrediente de ficción que comporta.